La Policía Nacional ¿Antiimperialista?
La opinión pública y expertos en la materia de seguridad han apodado a la Policía Nacional Bolivariana como la "Policatia", dada su concentrada actividad en la parroquia Sucre, que comprende ese sector del municipio Libertador. El haberse acuartelado en esa popular zona le permite al director de esa naciente policía reportar, como logros, unos supuestos "resultados positivos" en la disminución de delitos graves como el homicidio, y una descenso general de todos los delitos comunes endémicos en esa parroquia.
Lamentablemente para los caraqueños, la política de Estado de mantener los índices de delincuencia como una información privilegiada, secreta y no compartida, hace muy difícil verificar estos resultados de la Policía Nacional. Las ONG que hacen vida en el país no pueden ejercer su función de contraloría social porque el Gobierno les niega sistemáticamente la información rápida y exacta que necesitan.
En todo caso, se puede llegar a deducir que si en verdad hubo una reducción de la delincuencia en esa parroquia particular del municipio Libertador, fue quizás porque se concentraron allí grandes recursos humanos -cerca de 900 agentes- a patrullar una pequeña porción de la ciudad. Esto tiene todos los visos de ser un operativo mientras pasan las elecciones del 26 de septiembre.
Ahora bien ¿qué pasará cuando la policía nacional tengan que cubrir toda Caracas, y según sus competencias, el resto del país? Simplemente Catia volverá a reportar los mismos índices delictivos que tenía previo a la llegada de la PNB al sector.
Cuando el director de la policía nacional declara que ese cuerpo de funcionarios es "antiimperialista", los ciudadanos se preguntan cómo ese apellido puede brindarles más seguridad a los venezolanos que todos los días son víctimas de algún tipo de delito. En ninguna parte de la Ley de Policía Nacional se plantean conceptos socialistas o antiimperialistas para la PNB. En todo caso, el modelo de policía que los venezolanos demandan es uno que resuelva los problemas delictivos que sufren los ciudadanos a diario. No se trata de tener un funcionario en cada esquina, sino modificar la realidad para que el delito no prospere en nuestro entorno.
La manera cómo son enfrentados los problemas delictivos define el éxito o fracaso de las políticas públicas en seguridad ciudadana. Lo que parece obvio es que la PNB no ofrece ninguna innovación en sus funciones y sólo sigue el guión de la policía tradicional, que responde a los eventos delictivos con muy poca capacidad de identificar los elementos que hacen posible el crimen. Es el triunfo del viejo modelo reactivo-represivo sobre el modelo preventivo.
Ojalá la Policía Nacional Bolivariana sea exitosa en su labor de proteger a los venezolanos, pero la ideologización de este cuerpo no mejorará su eficacia, sólo desviará la atención de su razón principal para existir: reducir el delito y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
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