A juicio del también director de la ONG Paz Activa, "mientras el delito ha crecido exponencialmente en el país, el sistema de justicia no ha crecido en lo absoluto. Los jueces penales reciben como mil o 2 mil casos anuales; no hay forma de que un juez pueda dar respuesta al nivel de demanda que impone el Ministerio Público".
Respecto a los privados de libertad, Cedeño aclara que "la mayoría está en la cárcel sin ningún tipo de juicio", lo que refleja a su vez más casos de impunidad. Para explicar esto, el sociólogo hace referencia al "embudo de la impunidad" que es el proceso a través del cual entran muchos casos al sistema de justicia, pero se resuelven muy pocos.
"Mediante diferentes etapas de los casos, se van decantando y sólo un pequeño porcentaje es el que finalmente tiene pena. Esto contribuye en gran medida a la impunidad, ya que, por ejemplo, un homicida puede asesinar diez veces y todavía la justicia no lo agarrará… Se aprovechan del ciclo de impunidad del país", expresa.
No invierten en justicia Luis Cedeño estima que 80% de los ciudadanos que son detenidos en flagrancia son liberados en menos de 24 horas. "La impunidad no surge porque los policías no hagan su trabajo, sino porque el sistema de justicia no funciona. Deberían invertir tiempo y dinero en labores de prevención, pero el Gobierno no invierte en policías ni en el sistema de justicia ni en el problema de la inseguridad", añade.
sábado, 28 de mayo de 2011
Al son de la política. Tal Cual 20/05/2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
Venezuela con V de Violencia. Revista Esquire Latinoamerica. Mayo 2011.
Luis Cedeño, sociólogo y coordinador de la ong Paz Activa, coincide: "Tenemos un altísimo índice de impunidad producto de la ineficiencia del sistema de administración de justicia. Hay un claro mensaje al delincuente: puedes hacer lo que te dé la gana."
Según criterios de la Organización Mundial de la Salud, explica Cedeño, la tasa de homicidios venezolana refleja una condición de epidemia: para la OMS, el que haya más de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes tiene esa connotación. Y considerando que en el país no hay un problema de guerrilla similar al de Colombia, ni tampoco de narcotráfico tan organizado como en México, buscar explicaciones es una tarea compleja y en el análisis intervienen múltiples elementos.
Para empezar, señala Cedeño, están los que llama factores de riesgo que facilitan la violencia: "El alto consumo de alcohol y la enorme cantidad de armas de fuego que circulan legal e ilegalmente. Nadie sabe cuántas armas hay por ahí, se habla de ocho millones y en la propia Asamblea Nacional han dicho que serían 15 millones, de las cuales 80 por ciento son ilegales. El alcohol, se sabe, lubrica los mecanismos de violencia y las armas están a mano." Y lo están para muchos: 15 millones de armas en una nación que tiene 28 millones 944 mil habitantes.
Luego, siguiendo la explicación de Cedeño, están los factores estructurales: "Venezuela sufre una descomposición social importante", señala. Y ubica los momentos clave. La explosión del llamado "Caracazo" en 1989 -un estallido de protestas populares y saqueos con saldo de víctimas aún desconocido- implicó el quiebre del pacto social y disparó la tasa de homicidios. En 1992, el fallido intento de golpe de Estado en el que participó Hugo Chávez marcaría, según Cedeño, el quiebre del pacto político. Y eso, advierte, dejó a la sociedad venezolana en un contexto proclive a la ruptura y a un sentimiento de ausencia de normas.
El año 2002 marcó otro hito: el país venía de un paro general de actividades en protesta contra el gobierno y la pugnacidad política derivó en un nuevo golpe que expulsó a Chávez de la presidencia durante unos pocos y agitados días en abril. "Y las sociedades altamente polarizadas contribuyen a aumentar los índices de violencia", apunta Cedeño.
A eso se suma lo ya planteado: la fractura de la institucionalidad con su consecuente incapacidad para responder a las necesidades de seguridad de la población. Y si añadimos al coctel la considerable cuota de sangre aportada por las bandas del microtráfico de drogas en los sectores populares, la terrible realidad del sistema penitenciario, la participación cada vez más frecuente de agentes policiales en actos delictivos (20 por ciento de los delitos son cometidos por policías, según dijo el ministro de Interior y Justicia en 2009) y la consolidación de modelos foráneos como el secuestro y el sicariato, el sombrío panorama nacional queda reflejado casi a cabalidad.
Lea el artículo completo en: http://esquire.esmas.com/features/286634/violencia-venezuela
Según criterios de la Organización Mundial de la Salud, explica Cedeño, la tasa de homicidios venezolana refleja una condición de epidemia: para la OMS, el que haya más de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes tiene esa connotación. Y considerando que en el país no hay un problema de guerrilla similar al de Colombia, ni tampoco de narcotráfico tan organizado como en México, buscar explicaciones es una tarea compleja y en el análisis intervienen múltiples elementos.
Para empezar, señala Cedeño, están los que llama factores de riesgo que facilitan la violencia: "El alto consumo de alcohol y la enorme cantidad de armas de fuego que circulan legal e ilegalmente. Nadie sabe cuántas armas hay por ahí, se habla de ocho millones y en la propia Asamblea Nacional han dicho que serían 15 millones, de las cuales 80 por ciento son ilegales. El alcohol, se sabe, lubrica los mecanismos de violencia y las armas están a mano." Y lo están para muchos: 15 millones de armas en una nación que tiene 28 millones 944 mil habitantes.
Luego, siguiendo la explicación de Cedeño, están los factores estructurales: "Venezuela sufre una descomposición social importante", señala. Y ubica los momentos clave. La explosión del llamado "Caracazo" en 1989 -un estallido de protestas populares y saqueos con saldo de víctimas aún desconocido- implicó el quiebre del pacto social y disparó la tasa de homicidios. En 1992, el fallido intento de golpe de Estado en el que participó Hugo Chávez marcaría, según Cedeño, el quiebre del pacto político. Y eso, advierte, dejó a la sociedad venezolana en un contexto proclive a la ruptura y a un sentimiento de ausencia de normas.
El año 2002 marcó otro hito: el país venía de un paro general de actividades en protesta contra el gobierno y la pugnacidad política derivó en un nuevo golpe que expulsó a Chávez de la presidencia durante unos pocos y agitados días en abril. "Y las sociedades altamente polarizadas contribuyen a aumentar los índices de violencia", apunta Cedeño.
A eso se suma lo ya planteado: la fractura de la institucionalidad con su consecuente incapacidad para responder a las necesidades de seguridad de la población. Y si añadimos al coctel la considerable cuota de sangre aportada por las bandas del microtráfico de drogas en los sectores populares, la terrible realidad del sistema penitenciario, la participación cada vez más frecuente de agentes policiales en actos delictivos (20 por ciento de los delitos son cometidos por policías, según dijo el ministro de Interior y Justicia en 2009) y la consolidación de modelos foráneos como el secuestro y el sicariato, el sombrío panorama nacional queda reflejado casi a cabalidad.
martes, 10 de mayo de 2011
PoliMiranda desarrolla proyecto para disminuir hechos delictivos. La Voz 07.05.2011
El coordinador del programa y director de Proyectos de la Asociación Civil Paz Activa, Luis Cedeño Villalba, indicó que la idea del programa es analizar los principales problemas delictivos y sus posibles soluciones.
Los Teques, (Especial). El Instituto Autónomo de la Policía de Miranda desarrolla junto a la Asociación Civil Paz Activa, un proyecto para la implementación del modelo de Políticas Orientadas a la Resolución de Problemas Delictivos (PORPD), en las comunidades donde hay mayor incidencia de delitos. Así lo dio a conocer el coordinador del programa y director de Proyectos de la Asociación Civil Paz Activa, Luis Cedeño Villalba, quien indicó que la idea del programa es analizar los principales problemas delictivos y sus posibles soluciones. Dijo que las políticas del estudio están orientadas a formar grupos de trabajo en las comunidades que presentan mayor índice delictivo, para así estudiar las causas y desarrollar las estrategias de intervención más adecuadas que permitan minimizar o evitar estos problemas. Por su parte, el director de la Policía de Miranda, comisario general Elisio Guzmán Cedeño, expresó que “tenemos el interés y la certeza de que esto va a funcionar. Lo que hoy estamos conociendo nos ha despertado algunas ideas, que no sólo se pueden quedar en propuestas”, dijo. Mencionó que la idea es generar estrategias que vayan interactuando en el tiempo, “por lo que debemos seguir pensando de una manera creativa”.
Evitar el delito
Cedeño Villalba explicó que se deben estudiar las posibles estrategias para disminuir los focos delictivos, “no atacándolos sólo en el momento del delito, sino antes de cometerlo, pues la idea no es detener a más personas sino evitar que se cometan los delitos”, dijo. Aseguró que esto se logrará mediante un trabajo mancomunado, puesto que muchos factores que incrementan el delito no dependen de la policía. . Cedeño dijo que para llevar a cabo esta propuesta representantes de algunas comunidades, uniformados policiales y expertos en materia de seguridad analizarán los principales indicadores de delincuencia presentes en estas áreas, pues “existen muchos lugares sin alumbrado público, y esto se presta para que los antisociales hagan de las suyas. Aquí ya sería un trabajo que incluye a los trabajadores de la electricidad”, precisó. El experto en políticas de seguridad destacó que la asociación busca que los uniformados salgan del esquema convencional de trabajo que mantienen como policías, es decir, que trabajen más en la prevención y menos en acción. Prensa Miranda / GQ
Con 4 casos puntuales
Hasta ahora el programa inició con el desarrollo de cuatro casos, entre ellos el robo de cacao en la zona de Barlovento, el robo a mano armada en las unidades de transporte público en Santa Teresa del Tuy, los homicidios por enfrentamientos entre bandas en la zona de Petare y el robo a las personas que salen de los bancos en el Centro Comercial Tamanaco Tuy de Charallave.
Evitar el delito
Cedeño Villalba explicó que se deben estudiar las posibles estrategias para disminuir los focos delictivos, “no atacándolos sólo en el momento del delito, sino antes de cometerlo, pues la idea no es detener a más personas sino evitar que se cometan los delitos”, dijo. Aseguró que esto se logrará mediante un trabajo mancomunado, puesto que muchos factores que incrementan el delito no dependen de la policía. . Cedeño dijo que para llevar a cabo esta propuesta representantes de algunas comunidades, uniformados policiales y expertos en materia de seguridad analizarán los principales indicadores de delincuencia presentes en estas áreas, pues “existen muchos lugares sin alumbrado público, y esto se presta para que los antisociales hagan de las suyas. Aquí ya sería un trabajo que incluye a los trabajadores de la electricidad”, precisó. El experto en políticas de seguridad destacó que la asociación busca que los uniformados salgan del esquema convencional de trabajo que mantienen como policías, es decir, que trabajen más en la prevención y menos en acción. Prensa Miranda / GQ
Con 4 casos puntuales
Hasta ahora el programa inició con el desarrollo de cuatro casos, entre ellos el robo de cacao en la zona de Barlovento, el robo a mano armada en las unidades de transporte público en Santa Teresa del Tuy, los homicidios por enfrentamientos entre bandas en la zona de Petare y el robo a las personas que salen de los bancos en el Centro Comercial Tamanaco Tuy de Charallave.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)