Por Humberto Márquez
CARACAS, 8 dic (IPS) En países como Venezuela "la correlación entre el aumento del número de armas de fuego en manos de la población y el de los homicidios es evidente", sostuvo Cedeño. La media anual de homicidios a finales del siglo XX era de 5.000 y en los últimos años pasa largamente de 15.000.
A diferencia de países que padecen conflictos civiles, religiosos o entre carteles internacionales del delito, en Venezuela es la criminalidad desbordada –con 1,5 millones de delitos anuales reportados, otro subregistro– la que generalizó la posesión de armas y municiones con las que se delinque.
Según Cedeño, el monopolio estatal Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares produce anualmente 36 millones de balas, pero la demanda es aun mayor e importa más municiones, con acceso fácil: numerosos crímenes son cometidos descargando sobre la víctima 10, 20, 30 o más disparos.
"El Estado es quien importa más de 80 por ciento de las armas que hay en Venezuela. Hay 25.000 armas registradas legalmente", mientras 30 por ciento de encuestados indican que quisieran poseer una, "lo que da una idea de la extendida posesión de quizá millones de armas ilegales", dijo.
Víctimas de esta proliferación, el hogar y las mujeres. Entre 60 y 80 por ciento de las llamadas de auxilio recibidas por policías regionales y municipales venezolanas son por violencia de género, recordó Cedeño. Una violencia provista de armas de fuego.
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