Anabel
Barrios Díaz – MIERCOLES 13 de marzo de 2013
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Así lo expresó el especialista en
estudios penitenciarios, Pedro José Rondón, en referencia al sistema carcelario
existente en el país, los cuales aseguró, se han ido abandonado su principal función
como centros de rehabilitación para convertirse en lugares de descomposición
psicológica y social
“Las leyes se van conformando como
un elemento que está pensado para penar y castigar, y eso lo que ha logrado es
reforzar dos elementos claves. El primero es que toda persona que pasó por una
cárcel no tiene recuperación y el segundo es que dado al rechazo que esto
produce, buscan obtener lo que necesitan por medio de la violencia”.
Así lo explicó el especialista en
estudios penitenciarios, Pedro José Rondón, en referencia a los estatutos
legales que rigen los sistemas carcelarios del país, que según analizó, poseen
fallas en forma y aplicación; generando consecuencias que evidentemente
repercuten en la persona que ha sido privada de libertad. Por tanto, en vez de
pasar por una regeneración social, su condición moral y psicológica empeora.
Agregó que dentro del la actual
situación carcelaria, los presos no presentan mejoras en sus conductas. Al
contrario, refuerzan esa aptitud por la que fueron puesto tras las rejas, como
elemento de protección o para forjar un estatus dentro del recinto.
“Un ser humano bajo la circunstancia
de la justicia venezolana, no puede ser
resocializado en esos espacios. Nada más el elemento de hacinamiento es
obsesivo y llega a 504%. Un pedófilo o un estafador no se corrige en una
cárcel, cuando sale a la calle vuelve a cometer el mismo delito”, aseveró.
Reforma de ley
En cuanto a la reforma de la Ley de
Régimen Penitenciaria, señaló que el problema de los procesos carcelarios
existentes, no se basan en la reconstrucción o renovación de normas, sino la
aplicación clara de algunos estatutos ya vigentes que son una salida para los
numerosos problemas que poseen prisiones venezolanas.
El hacinamiento por ejemplo, según
el experto, es una de las condiciones que hacen que los recintos del país se
encuentren en condiciones “inmanejables” para el Gobierno. Así como la
dirección de estos lugares, que se encuentran en manos de personas no aptas
para tales cargos, pues no poseen los conocimientos necesarios para regir en
condiciones de tal magnitud.
“Pueden crear la mejor ley, pero qué
estamos construyendo, si adentro tienen armas que para ellos representan poder,
tienen dinero y tienen droga… en consecuencia, la ley más allá de una acción utópica que pudiera
controlar en prevención la comisión de nuevos delitos, no es un elemento
reforzador”, manifestó el especialista.
“Pasan factura”
Rondón, explicó que las “penurias”
que sufre un privado de libertad son diversas y entre las más significativas
está el hecho que pasa a ser un marginado social, por lo que automáticamente
hereda rechazos de la comunidad e incluso de su familia, situación que no les
permite conseguir empleos y formas para redimirse, es por ellos que toda esa
“rabia infundada” los hace “pasar factura a la sociedad”.
“Estas personas no comen
adecuadamente, todo el tiempo comen embutidos, sardina y mortadela pura. ¿Qué
pasa con un reo que necesita una dieta especial?… se supone que la nueva ley
respeta el derecho a la vida, pero qué tipo de vida lleva un preso en una
cárcel que no responde las condiciones propias y dignas, desde la perspectivas
penológicas, victimológico y criminológico ”, señaló.
Penas alternativas
Pedro José Rondón, el especialista
en estudios penitenciarios, indicó que los reos deben ser clasificados por sus
condiciones y delitos, pues quienes realizan crímenes menores, deben ser
tratados con educación y no con detención permanente, donde el ladrón de
artículos de una farmacia pasa a ser un delincuente experimentado en cuestión
de dos años de estadía en un penal. Por lo que propone penas alternativas.
“Un buen ejemplo de esto es las
cárceles de guardia y custodia nocturna, fines de semana, entre otros; para que
de manera productiva se forme y se capacite con mecanismo adecuados para su
reconstrucción. Aquí la norma es cárcel o nada, porque el legislador no ha
abierto un compás de alternativas esa acción. Mientras tanto se siguen juntando pequeños traficantes con
peligrosos asesinos”, concluyó.
“Mafias pueden controlarse”
El especialista en estudios
penitenciarios, Pedro José Rondón, afirmó que las mafias en los centros
penitenciarios pueden controlarse con varios puntos claves. Se deben cumplir
con las requisas adecuadamente como objetivo principal, Usar tecnologías, como
los detectores de metales, que determinen el tráfico de armas o objetos
ilegales y finalmente, celdas individuales “un hombre sólo no puede forjar un
botín”.
“Si dentro de un sistema
penitenciario que funcione, un arma llega a colarse, esta acción es rápidamente
minimizada con las requisas diarias, que de alguna forma u otra, debería
detectar el objeto ilegal y decomisarlo. Pero como aquí no se hace, existen
todos unos arsenales de guerra donde se supone, se debería estar forjando o
reconstruyendo ciudadanos”, puntualizó.
Seminario Paz Activa
La posición frente a la reforma de
la Ley de Régimen Penitenciaria, del especialista Pedro José Rondón, fue
expuesta este martes durante el seminario organizado por la asociación civil
Paz Activa. En el curso titulado “Leyes Necesarias para la seguridad
Ciudadana”, diversos expertos presentaron sus perspectivas sobres estatutos
vigentes y por aprobar, como la popular “ley desarme”.
Según su director, Luis Cedeño, este
tipo de actividades están destinadas a coadyuvar en la formación y creación de
normativas que consideran, hacen faltas en el sistema legal que actualmente
rigen al país.
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