Durante los primeros 166 días del año 2015 en Venezuela fueron asesinadas 516 personas de sexo femenino, de acuerdo con un reporte del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. Esto significa que, en promedio, cada día mataron a 3 mujeres en algún lugar del país. El informe de la policía científica indica que son Carabobo y el Distrito Capital las entidades con mayor número de víctimas, con 59 y 58 casos, respectivamente.
En el tercer lugar de la lista está Miranda, con 53 casos y le siguen Aragua y Zulia, con 41 y 40 damas asesinadas, respectivamente. Según el reporte, la edad promedio de las víctimas es de 32 años. Sin embargo, en la lista elaborada por la policía científica incluyen niñas, adolescentes y mujeres adultas de todos los estados del país.
“Hay que hacer una diferencia entre el femicidio y el feminicidio. En el primer caso, es cuando se comete un asesinato contra una mujer; pero en el segundo es cuando a la víctima la matan por su condición de mujer. Son cosas distintas y que hay que establecer para entender el problema”, explicó el sociólogo Luis Cedeño, director de la ONG Paz Activa y experto en temas relacionados con la inseguridad y la violencia.
Los móviles Precisamente sobre este particular, la policía científica divide en 10 categorías los móviles por los cuales fueron asesinadas esas 516 mujeres en Venezuela, entre el 1° de enero y el 15 de junio de 2015. El informe oficial revela que 148 damas fueron asesinadas por alguna venganza. Esto equivale a 28,6% de los casos registrados por las autoridades.
En segundo lugar de la lista, aparece que a 96 de ellas las mataron en medio de un conflicto pasional, que en realidad es catalogado por las autoridades como violencia de género, es decir, 18,6% serían casos de feminicidio como tal. Sin embargo, resulta llamativo además que en el tercer puesto de la lista de móviles que según el Cicpc obedecen a los asesinatos de mujeres en Venezuela, aparecen las causas por determinar, con 70 casos registrados (13%), y en el cuarto puesto aparece el ajuste de cuentas, con 67 víctimas (12,9%).
“Recientemente, se ha determinado que la mujer tiene cada vez más participación en la actividad delictiva. Eso, evidentemente explicaría por qué hay tantos casos de ajustes de cuentas y venganzas, porque en una sociedad con los índices de violencia como los que tiene Venezuela, resulta que también las mujeres están cada vez más activas dentro de la vida criminal. Lo hemos visto en bandas grandes, donde hay una estructura criminal de hasta 50 personas, en las que hay actuación de mujeres”, comentó Cedeño.
Uno de los casos que está en la lista de la policía científica ocurrió en febrero, en el estado Zulia, cuando dos hombres en moto dispararon a Visabeth Del Valle Acosta Villalobos, de 28 años, cuando iba junto a su pareja. Los atacaron por la espalda y ella recibió cinco tiros. La muchacha tenía dos meses de embarazo.
La comisario Odalys Caldera, ex funcionaria del Cicpc y fundadora de la División de Atención a la Violencia Contra la Mujer y la Familia, en 1999, coincide con Cedeño en el aumento de la participación de las mujeres en actividades delictivas. “En las últimas décadas la mujer ha evolucionado y vemos que cada vez es más común verlas desarrollando roles que antes eran únicamente ocupados por hombres. Pues el mundo delictivo no escapa de esta realidad y también las vemos que forman parte de bandas de ladrones, de secuestradores, se vinculan con organizaciones que trafican drogas y desde luego, se convierten en víctimas de venganzas y de ajustes de cuentas”, dijo Caldera.
Otras causas En el quinto lugar de la lista de las causas por las que fueron asesinadas 516 mujeres en Venezuela, la policía científica ubica los asesinatos cometidos en medio de un robo, con 63 víctimas registradas en todo el país. Esto equivale al 12,2% de los casos. Uno de los casos a los que hace referencia el reporte del Cicpc es el de Maritza del Valle Bravo Rodríguez, de 42 años, asesinada el pasado 4 de mayo en la calle Santa Ana de Macaracuay, en el municipio Sucre del estado Miranda, cuando iba en su vehículo Hyundai Getz, verde, donde se estableció que supuestamente la asesinaron para robarla. Otro de los casos, que además conmocionó recientemente a la opinión pública fue el de la periodista Mariela Ramos, que fue hallada muerta dentro de su casa el pasado 31 de mayo, en la urbanización FundaCagua del estado Aragua.
El texto revela que del total de víctimas, 36 murieron al quedar atrapadas en medio de un tiroteo entre bandas delictivas y que otras 16 fueron asesinadas en hechos accidentales. “Hay una clara diferencia entre morir en la línea de fuego, cuando se es víctima de las circunstancias, del entorno y donde no hay un ataque directo contra esa mujer, sino que simplemente es víctima de las circunstancias y de la violencia generalizada que hay en todo el país. No es comparable a los casos de violencia de género, o los que son por venganzas, donde los ataques son directos contra las víctimas, por algún motivo específico”, explicó Cedeño.
En los reportes de la policía científica también contemplan 12 casos de mujeres asesinadas en medio de riñas, cinco casos de homicidios vinculados con abuso sexual, un caso vinculado con el tráfico de drogas, uno por sicariato y otro de una víctima que fue asesinada mientras se encontraba en cautiverio, víctima de un secuestro.
“En los casos de las venganzas, también sucede que no es necesariamente la mujer la que está incursionando en la actividad delictiva, sino que anda con algún hombre vinculado a una banda y al final les cobran a ellas lo que haga el novio, el marido que quizá sea el que realmente se dedica a la actividad criminal. Ese es otra arista bien lamentable dentro del ámbito delictivo, porque esas mujeres que son parejas de delincuentes están, al final, tan expuestas como ellos y por ese solo hecho de estar vinculadas sentimentalmente, las matan sin misericordia”, dijo la comisario Caldera.
Finalmente, Luis Cedeño explicó que dentro de la sociedad venezolana las mujeres siguen siendo consideradas como un grupo vulnerable, por su condición de debilidad frente a los hombres, a pesar de la evolución del género durante las últimas décadas.
Fuente: Thabata Molina