ANÁLISIS No hay estadísticas oficiales y el Gobierno mantiene fuera del discurso el tema de la inseguridad
La inseguridad es un tabú en el Gobierno venezolano. No sólo asusta al ciudadano común, que teme perder su vida o sus propiedades. También causa pánico entre ministros, parlamentarios y hasta en el propio Presidente de la República, que evitan el tema porque saben que es un foco de inestabilidad social y política.
Luis Cedeño, experto en violencia y coordinador de la ONG Paz Activa, coincide en que al venezolano lo que más le interesa y preocupa es el problema de la violencia y la delincuencia, pero en Venezuela el sector oficial no habla de inseguridad, mientras los funcionarios del Gobierno se ríen de personas serias que sí tratan de dilucidar este fenómeno para buscar soluciones. Ante el intento desmesurado de las autoridades por ocultar o no mencionar el tema, Piñango aclara: "Por muy duro que parezca, un muerto es algo tangible. Eso no es percepción ni es discutible. Lanzar cifras como las que maneja Roberto Briceño León del Observatorio Venezolano de Violencia en la cara de un funcionario es duro, y pobre de él si tiene que hacer lo imposible por ocultar la realidad".
La falta de estadísticas y cifras oficiales ha obligado a las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación a hacer investigaciones que les permitan medir con datos la realidad de la violencia y la inseguridad. Cedeño explica: "Desde 2005 la fuente no oficial (ONG) se ha manejado en el país con sus propios datos y el Gobierno no la contradice. Allí hay dos opciones: la cifra que dan estas ONG es correcta o la cifra oficial es muy superior, y a las autoridades no le conviene contradecirla. Si el Gobierno tiene cifras menores por qué callar y otorgar". El Instituto Nacional de Estadísticas hizo una encuesta de victimización entre marzo y abril de 2010. "Me informaron que los resultados de la encuesta son más graves que los datos que arrojó la investigación de 2006", indicó Luis Cedeño, a quien le preocupa que esa data no sea divulgada.
El coordinador de Paz Activa también señaló que existe una brecha gigantesca entre el auge de la delincuencia y la oferta de justicia y seguridad ciudadana; eso quiere decir que hacen falta más morgues, más jueces, más policías. "Aumenta el número de muertos, pero no se incrementa en la misma proporción los servicios asociados a este hecho, por eso colapsan las morgues. Hay un manejo inadecuado de los cadáveres y eso afecta incluso la investigación del crimen".
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