Portar un Blackberry ha convertido al ciudadano común en la presa preferida de antisociales, que no sólo se conforman con robar, sino que son capaces de asesinar por obtener tan “preciado” aparato. Así le ocurrió el pasado sábado en La Urbina, a Mayling Valderrama (19), quien recibió un tiro en la frente por resistirse a entregar su celular.
El móvil de la joven estudiante de Comunicación Social, en la Universidad Católica Andrés Bello, ahora forma parte de los más de cien mil celulares robados al mes, cifra -no oficial- que se basa en la cantidad de solicitudes de bloqueo de líneas, a compañías de telefonía celular, según explicó el sociólogo Luis Cedeño, director de la organización Paz Activa.
Cedeño asegura, que los ladrones prefieren celulares de tercera generación, como el caso del Blackberry, por su alto costo en el mercado y porque se ha convertido en un negocio a nivel internacional.
“Es un negocio multimillonario porque muchos de estos equipos no terminan vendiéndose en el mercado secundario de Venezuela, sino de otros países”, contó el sociólogo.
Indicó que a pesar de ser el delito más común en el país, no se registran cifras de denuncias, puesto que la víctima no declara ante un cuerpo policial y en consecuencia aumenta la cantidad de hurtos, por la falta de respuesta de organismos de seguridad.
El móvil de la joven estudiante de Comunicación Social, en la Universidad Católica Andrés Bello, ahora forma parte de los más de cien mil celulares robados al mes, cifra -no oficial- que se basa en la cantidad de solicitudes de bloqueo de líneas, a compañías de telefonía celular, según explicó el sociólogo Luis Cedeño, director de la organización Paz Activa.
Cedeño asegura, que los ladrones prefieren celulares de tercera generación, como el caso del Blackberry, por su alto costo en el mercado y porque se ha convertido en un negocio a nivel internacional.
“Es un negocio multimillonario porque muchos de estos equipos no terminan vendiéndose en el mercado secundario de Venezuela, sino de otros países”, contó el sociólogo.
Indicó que a pesar de ser el delito más común en el país, no se registran cifras de denuncias, puesto que la víctima no declara ante un cuerpo policial y en consecuencia aumenta la cantidad de hurtos, por la falta de respuesta de organismos de seguridad.
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