El sociólogo y director de Paz Activa, Luis Cedeño, ve como inconveniente el acceso a estas tecnologías de la comunicación en una prisión. Asegura que en ninguna cárcel alrededor del mundo se les permite a los presos tener un teléfono celular, y menos usarlo diariamente. Para comunicarse, sólo cuentan con los teléfonos públicos que instalan en los penales. Venezuela se ha convertido en una excepción y los privados de libertad cuentan con teléfonos, smartphones y acceso a Internet, lo que les facilita continuar realizando actos delictivos.
Uno de los crímenes más comunes es el telemercadeo extorsivo, en el que los reos se dedican a llamar a números de teléfonos para amenazar con cometer secuestros, pedir rescates y chantajear. Cedeño explica que quienes se involucran en estos hechos pueden llamar, al menos, a 100 personas diarias, de las cuales 2 suelen caer en la trampa. Para realizar la intimidación facilitan datos cortos, nombre, vivienda u otros bienes.
El experto enfatiza cómo estas herramientas permiten que se pueda continuar la actuación delictiva estando en prisión y "hasta de manera más segura".
Uno de los crímenes más comunes es el telemercadeo extorsivo, en el que los reos se dedican a llamar a números de teléfonos para amenazar con cometer secuestros, pedir rescates y chantajear. Cedeño explica que quienes se involucran en estos hechos pueden llamar, al menos, a 100 personas diarias, de las cuales 2 suelen caer en la trampa. Para realizar la intimidación facilitan datos cortos, nombre, vivienda u otros bienes.
El experto enfatiza cómo estas herramientas permiten que se pueda continuar la actuación delictiva estando en prisión y "hasta de manera más segura".
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