Venezuela le declara la guerra a las armas
Abraham Zamorano
BBC Mundo, Caracas
Viernes, 1 de
junio de 2012
Armas incautadas por la policía.
Un tiroteo en plena ciudad, un niño que
muere víctima de una bala perdida, atracos a punta de pistola, un motín
carcelario con los presos fuertemente armados, discusiones de tránsito que
acaban a los tiros. Noticias como estas forman parte del día a día de los
venezolanos.
Todo, por la enorme presencia de armas de fuego en el
país: el cálculo más conservador habla de seis millones. Así es difícil no
salir a la calle sintiendo cierta paranoia.
La tasa oficial de homicidios es de 48 por cada
100.000 habitantes. La oposición habla de 64. En cualquier caso, es la peor de
Sudamérica, lejos de los 33 de Colombia y los 22 de Brasil.
En lo que sí están de acuerdo oficialistas y
opositores es que hasta el 90% de los homicidios se perpetran con un arma de
fuego. La media latinoamericana ronda el 75% y en Europa esa tasa es de poco
más de un 20%.
La Asamblea Nacional lleva diez meses negociando una
ley de desarme. Pero el gobierno, con la campaña electoral a punto de comenzar,
no ha querido esperar para dar un golpe de efecto contra la cultura de la bala
prohibiendo terminantemente la compraventa de armas en territorio venezolano.
El problema, según expertos consultados por BBC Mundo,
es que esa medida no hace frente a la que consideran la principal fuente de
violencia: las armas ilegales.
Más de 6 millones de armas
Según el Observatorio Venezolano de la Violencia
(OVV), el 2011 fue el año más muertes violentas desde que se tiene registro.
Este 2012 no parece haber mejorado. La situación es tal, que amenaza con ser
uno de los ejes centrales de la campaña para las elecciones presidenciales del
7 de octubre.
La inseguridad amenaza con ser uno de
los ejes centrales de la campaña electoral.
"Muere un venezolano cada 30 minutos y otro es
secuestrado cada ocho horas", denunció el candidato opositor, Henrique
Capriles, quien acaba de presentar su "Plan seguridad para todos".
Aunque el gobierno de Hugo Chávez también hizo lo
propio con lo que llama "Misión a toda vida", que prevé poner en
marcha en junio, antes ha optado por una serie de medidas entre las que destaca
la prohibición de la compraventa de armas.
"No se pondrá vender ni comercializar ningún arma
de fuego. La medida alcanza a las municiones. A partir del 1 de junio, se
prohíbe terminantemente vender armas en todo el territorio nacional",
anunció el ministro del Interior, Tarek el Aissami.
De hecho, desde marzo pasado ya Venezuela mantenía
suspendida la emisión de permisos para portar armas.
Otras iniciativas son la prohibición de acceder con
armas a eventos deportivos, recintos públicos y espectáculos públicos. También
están excluidas de "bares, cantinas o tabernas, restaurantes, clubes
nocturnos, clubes sociales y salones de baile".
Las empresas tendrán hasta mediados del próximo mes de
julio para adaptarse a la nueva normativa que exigirá medidas de control como
la instalación de arcos detectores de metales, rayos X o registro manual como
el cacheo.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad tendrán que
abastecerse a través del Ministerio para las Relaciones Interiores y la
Justicia.
El Aissami también habló de un proyecto para que en un
año estén marcadas todas las municiones de las fuerzas y cuerpos de seguridad
con un número que identifique al funcionario que la disparó.
¿Servirá de algo?
Es imposible saber con certeza cuantas armas circulan
por Venezuela. Según la fuente, se habla de un estimado de entre seis y nueve
millones.
Los expertos en seguridad consultados por BBC Mundo,
si bien tienden a opinar a favor de las políticas que buscan retirar armas de
la circulación, también expresaron sus dudas acerca del verdadero alcance de la
iniciativa gubernamental.
"Se aplica a las
personas honestas que quieren comprar un arma. Los malandros y los asesinos no
piden permisos"
Roberto
Briceño, Observatorio Venezolano de la Violencia
El director de OVV, Roberto Briceño, le dijo a BBC
Mundo que "avanzar a una sociedad sin armas es deseable, como mensaje de
desarme es valioso", sin embargo, apuntó que la medida "se aplica a
las personas honestas que quieren comprar un arma". "Los malandros y los asesinos no piden
permisos".
"Los ciudadanos sienten que el gobierno no cumple
y no ofrece seguridad. Las personas buscan su propia protección", le dijo
Briceño a BBC Mundo.
Los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en
apuntar sus sospechas de que, además del contrabando internacional, las armas y
sobre todo de las municiones ilegales provienen de las fuerzas de seguridad.
Así, marcar las municiones de los cuerpos de seguridad
con un indicador alfanumérico que identifique el cuerpo del que proviene es uno
de los proyectos que el ministro El Aissami confía en que sea una realidad en
un año.
Según Luis Cedeño, de la ONG Paz Activa, "los
cuatro, seis, nueve millones de armas, no pueden haber venido de
privados".
"Son los cuerpos de seguridad, por corrupción las
fueron vendiendo. Hay mucho descontrol en los cuerpos de seguridad del
Estado", afirma Cedeño en conversación con BBC Mundo.
Cedeño coincide en que "el reto es sacar las
armas peligrosas de manos de los delincuentes". "Pero la gente no lo
percibe así. Los civiles se sienten en indefensión ante los delincuentes y
creen que necesitan las armas".
El director de Paz Activa, que está a favor del
desarme total de la población, se mostró a favor, sin embargo de la prohibición
de venta y la centralización de la distribución.
"El control más estricto debe darse en el
interior del Estado. Centralizar la provisión de armas parece una buena idea.
Debe haber un registro único que sea descentralizado en cuento a la facultad de
alimentarlo".
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