Por E. EDUARDO CASTILLO | Associated Press
http://mx.noticias.yahoo.com/sobrevivir-inseguridad-desaf-o-para-venezolanos-182625249.html
CARACAS,
Venezuela (AP) — Como sucede en muchos barrios marginales de Caracas, los
robos, asaltos y tiroteos se han vuelto un asunto cotidiano en los últimos
años.
Pero hay un
lugar al este de la ciudad donde la preocupación de ser víctima de la
inseguridad queda suspendida en el aire por 17 minutos, lo que tarda un vagón,
suspendido en un cable grueso, en hacer la ruta Palo Verde-Mariche.
A diario María
González y José Rafael Suárez toman el vagón de su casa al trabajo y viceversa.
Ella tiene 34 años y dos hijos; él 27 y ningún descendiente.
Mientras
viajan, suspendidos en una de las cabinas de metal van dejando atrás el barrio
dónde viven con sus casas cuadradas de dos, tres, cuatro plantas y techos de
lámina, con la ropa secándose en las ventanas, con algunos afiches de las
elecciones presidenciales de 2012 y montones de basura por doquier.
González y
Suárez dicen que la vida les cambió desde que en diciembre el entonces
vicepresidente Nicolás Maduro inauguró el Metrocable, el segundo teleférico que
se ha instalado en Caracas, cuyas cabinas están pintadas de rojo y tiene los
cristales oscurecidos, pues le ha permitido a los vecinos del lugar olvidar las
menos de dos horas que les tomaba llegar de un lugar a otro, entre calles de
dos vías que serpentean por los cerros.
Cambiaron
muchas cosas pero aún tienen que vivir con el principal problema de la zona: la
inseguridad.
"De
verdad que sí se ven bastantes muchachos en la calle consumiendo drogas, con
armas", dice González que recuerda que la han asaltado en dos ocasiones.
"Trabajo hay, aunque cuesta para encontrarlo, pero hay, pero el caso es
que cada cabeza es un mundo y esos carajitos buscan el trabajo más fácil y lo
más fácil es robar".
Este país de
28 millones de personas se ha convertido en uno de los más peligrosos del mundo
y pasó de tener calles y avenidas pobladas de los lugareños viviendo que vivían
en un ambiente festivo a cualquier hora, a una Caracas que queda desolada al
caer la noche.
Extranjeros y
venezolanos son víctimas por igual de los llamados 'secuestros express', una
modalidad de robo también conocida en otras ciudades de América Latina en la
que delincuentes armados raptan a sus víctimas para llevarlas al cajero
automático más cercano y robarles la mayor cantidad de dinero en efectivo.
En medio de
una larga lista de problemas, que incluye una inflación de dos dígitos, un
déficit enorme, o el decaimiento de la infraestructura vial y petrolera, la
inseguridad es para muchos el principal defecto del gobierno del fallecido
presidente Hugo Chávez.
Chávez,
fallecido el 5 de marzo a los 58 años a consecuencia de un cáncer, hizo de la
atención a los problemas de los pobres su bandera durante los 14 años que
estuvo en el poder y puso en marcha varios programas de vivienda, salud,
educación y obras como el Metrocable, que benefician a los marginados social y
económicamente.
Desde 2005 no
hay estadísticas oficiales públicas sobre inseguridad, y organismos que
analizan el problema dependen de filtraciones o de comentarios que
ocasionalmente dan autoridades de seguridad.
Pero la tasa
de homicidios se ha duplicado desde 1999, cuando Chávez fue elegido por primera
vez como presidente, dijeron funcionarios consultados por la AP y los
secuestros aumentaron 26 veces desde 1999 hasta 2011, según un estudio de Paz
Activa, experta en asuntos de seguridad.
Luis Cedeño,
director ejecutivo de la asociación civil venezolana Paz Activa que analiza el
tema de seguridad en el país, dijo a The Associated Press que a partir de una
declaración reciente del ministro del Interior y Justicia sobre el número de
homicidios en 2012 (poco más de 16.000) estimaron la tasa de homicidios en
ligeramente arriba de 55 por cada 100.000 personas, una de las más altas del
mundo.
En un reporte
divulgado hace unos días por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, Venezuela aparece como el quinto país con la mayor tasa de
homicidios, detrás de Honduras, El Salvador, Costa de Marfil y Jamaica.
"El tema
de la inseguridad en Venezuela ya venía... calculo de 20 a 25 años que veníamos
con un problema mediano a grave que se convirtió en uno crítico en los últimos
15 años; crítico en cuanto a que los números han aumentado de forma
exponencial", dijo Cedeño.
La violencia
se ha convertido en el principal tema de campaña tanto para el candidato
opositor el gobernador Henrique Capriles, que desafía al sucesor de Chávez,
Nicolás Maduro, que competirán por la presidencia el próximo 14 de abril.
Maduro ha
dicho que es momento de enfrentar la inseguridad e incluso hizo un llamado a
los delincuentes a entregar las armas que tengan. Capriles ha retado al
oficialista a debatir públicamente los problemas del país, incluida la
inseguridad, aunque no ha presentado ningún programa concreto para combatirla.
"Estamos
viviendo la peor situación de seguridad publica en la historia de nuestro país,
en los últimos 100 días", dijo Capriles a miles de partidarios el sábado.
"El
gobierno está consciente que la inseguridad y la violencia social no es
juego", señaló por su parte Maduro en la televisión nacional el domingo.
"Por eso vamos a atacar con fuerza el flagelo. Vamos a cambiar las armas
de fuego por instrumentos musicales y material deportivo."
Expertos
consultados dicen que la principal causa de la inseguridad es la impunidad. No
sólo se trata de que los matones callejeros no sean procesados por la justicia,
sino que policías y los políticos tampoco son enjuiciados.
Actualmente,
sólo el nueve por ciento de los homicidios resulta en un arresto, según el
Observatorio de la Violencia, una organización sin ánimo de lucro venezolana.
El gobierno, incluso, estima que la policía comete el 25% de los crímenes del
país.
La
politización de la fuerza pública durante los años de Chávez también ha hecho
imposible que policías federales, estatales y municipales trabajen
coordinadamente en estrategias básicas como los grupos vecinales que denuncian
la delincuencia o los patrullajes conjuntos en distintas jurisdicciones
policiales.
"Hay una
situación en que un gobernador de la oposición no tiene un manera de coordinar con
alcaldes que vienen del chavismo para combatir la delincuencia", dijo
Marino Alvarado, coordinador general del grupo de derechos humanos Provea.
"Es imposible en Venezuela formular una política pública sin convocar a
todos los sectores".
Caracas, la capital
del país donde viven unas 3,5 millones de personas, constituye el ejemplo
perfecto de los conflictos internos. La ciudad tenía su propia policía, que
operaba conjuntamente con las de otros cinco municipios. Pero cuando Chávez y
el alcalde de Caracas empezaron a chocar, y el entonces presidente resolvió
sustituir a la policía de la ciudad por una fuerza nacional.
El problema es
que esa fuerza sólo dispone de 12.000 policías cuya mayoría están ubicados en
Caracas. Por el contrario, los policías que antes operaban conjuntamente
sumaban el doble del personal y estaban en la ciudad y los municipios.
Las pandillas
de poca monta y los delincuentes comunes son los autores de la mayor parte de
la violencia en el país, a diferencia de los carteles de droga que han
aterrorizado a México y Centroamérica en su pugna por el control de las rutas
del tráfico de droga más lucrativas.
En 2011, la
ciudad tuvo una asombrosa tasa de homicidios: 99 muertos por cada 100.000
habitantes, la sexta ciudad del mundo con la mayor cantidad de asesinatos, de
acuerdo con el grupo mexicano Seguridad, Justicia y Paz.
El gobierno de
Chávez trató de demostrar que estaba resolviendo el problema al poner en marcha
16 planes de seguridad pública. El último, llamado Misión "A Toda Vida Venezuela",
lanzado a mediados de 2012, asignaba dinero para ampliar los programas de
capacitación de la policía, en aumentar el pie de fuerza policial a nivel
nacional de policía y orientar los recursos en las zonas de alta criminalidad.
Pero los
esfuerzos fallaron durante su ejecución porque el gobierno nacional desconfiaba
de cualquier funcionario local que no fuera chavista, dijo el experto Alvarado.
Mientras
Chávez creó un sinnúmero de "colectivos" armados para que aseguraran
la lealtad política al chavismo en los barrios, esos grupos a menudo son
quienes asaltan a los vecinos que deben proteger, dijo el experto Cedeño.
"Chávez
fue muy fuerte con la oposición, por supuesto, y él era fuerte
políticamente", dijo Cedeño. "Pero la cuestión es que la política de
seguridad pública en Venezuela ha sido muy débil. ... Chávez casi nunca hablaba
de los problemas de seguridad, y él era muy indulgente con aquellos colectivos
e incluso grupos criminales".
Cedeño dice
que no hay una razón que explique el problema de la inseguridad en Venezuela,
sino que se conjugan múltiples factores que van desde el desempleo, la
delincuencia organizada, el deterioro de espacios urbano, la impunidad, la
corrupción e incluso la polarización social.
Chávez, según
Cedeño, "decía que el problema está en que la delincuencia, la
criminalidad es generada por la pobreza y la pobreza es una consecuencia del
capitalismo, y hasta que no cambiemos el sistema económico del capitalismo
hacia el socialismo del siglo XX1, no vamos a poder superar este
problema".
"Si tú me
dices que la pobreza está correlacionada directamente con la delincuencia, si
ha bajado, ¿por qué no baja la delincuencia?", se preguntó.
En su último
reporte sobre el panorama social en Latinoamérica, la Cepal refirió que según
sus datos, en 2002 la pobreza en Venezuela era de 48,6% y para 2011 había
bajado a 29,5%.
María González
y José Rafael Suárez dicen que ganan unos 325 dólares al tipo de cambio
oficial. No son pobres, pero perciben el salario mínimo. ¿Y eso les alcanza?
Ella ríe, suspira y luego dice: "Bueno, relativamente".
"Aquí hay
mucha gente que como nosotros que trabajamos, que nos ganamos nuestro dinero...
y hoy lo cobramos y vamos camino hacia la casa y no lo quieren robar y por uno
negarse lo pueden matar", dice Suárez mientras de reojo mira hacia fuera
de la cabina. "Es muy triste darle el dinero que uno tiene para comer,
para su familia, para sus hijos en la casa esperando la leche".
A escasos dos
minutos de llegar a la estación Palo-Verde, González y Suárez se preguntan qué
esperar de un país que en menos de un mes tendrá elecciones y donde sus
principales contendientes han mantenido un cruce de ataques de alto voltaje en
los últimos días.
"Ahorita
la gente dice que los escuálidos no tienen derecho a ir a ver a Chávez; ¿por
qué no? Si los venezolanos somos todos... no es un chavista, no es un
escuálido, es un ser humano que murió", dice González.
Transcurren 17
minutos con 49 segundos y llega el vagón a la estación. Ambos bajan y abandonan
la estación rumbo a las calles de Palo Verde. Atrás quedó, por ahora, el lugar
donde los problemas ocupan sus mentes.
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E. Eduardo
Castillo está en Twitter como https://twitter.com/EECastilloAP
El periodista
de la AP, Jack Chang, contribuyó con este reportaje.