miércoles, 29 de junio de 2016

Los linchamientos, la nueva pesadilla de Venezuela


  • La impunidad de la justicia y el aumento de la inseguridad disparan los casos de linchamientos de ciudadanos a delincuentes comunes.
  • La Fiscalía de Venezuela investiga 74 ataques de particulares en los primeros cuatro meses del año, de los que 37 acabaron en muerte.

A Roberto Josué Fuentes lo linchó una turbamulta en el municipio de Sucre, al este de Caracas, tras ser señalado como autor de un robo. Josué fue golpeado, acuchillado y quemado. En realidad, este cocinero de 42 años acudió en auxilio de la víctima de un hurto en plena calle. En el vídeo que alguien graba durante la golpiza, el hombre linchado clama por su inocencia y pide piedad. Pero nadie le cree y horas después muere en el hospital.

Las noticias de linchamientos en Venezuela y los vídeos subidos a Youtube, como el de Josué, son cada vez más abundantes y han disparado las alarmas en un país que sufre una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Para los expertos consultados, constituyen un síntoma nuevo de una sociedad en descomposición en la que el Estado ya no administra justicia.

Según datos de la Fiscalía General de Venezuela, en los cuatro primeros meses de 2016 se abrieron investigaciones por 74 linchamientos, de los cuales 37 acabaron en muerte y otros 37 resultaron con lesiones por delitos de diversa gravedad. Gonzalo Himiob, director de Foro Penal y criminólogo, asegura a LA RAZÓN que esa cifra se queda corta. “A nosotros nos llegan informes periódicos que harían palidecer esos números de la Fiscalía General”. Luis Cedeño, de la ONG Paz Activa, asegura que hasta hace unos cinco años el número de linchamientos en Venezuela eran de entre diez y quince anuales.

Lo que preocupa no es sólo el mayor número casos en los que la comunidad se toma la justicia por su mano sino la generalización de este delito a zonas urbanas. “El linchamiento era una práctica que se daba en las áreas rurales del país como respuesta a delitos aberrantes, como la pederastia, la violación sexual de mujeres o el asesinato de niños”, añade Cedeño. Ahora, los ataques colectivos, analizados como una respuesta desesperada por la frustración que genera el clima de violencia, son cada vez más frecuentes en ciudades como Valencia o Maracaibo y en la misma Caracas, asegura Himiob. “Ya no se producen sólo en barrios populares sino que es algo que vemos en áreas de clase media”.

Otro cambio en el patrón habitual es que las víctimas de la ira popular son “delincuentes menores, incluso novatos”, señala a este periódico el profesor Roberto Briceño, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), “lo cual eleva la gravedad del fenómeno”. El diario “El Nacional” relata el caso de una señora que tuvo que salir en defensa de su atracador para evitar que fuera ejecutado por un grupo de vecinos. “La gente lo golpeaba y gritaba. Le vi la cara y tuve que defenderlo. Me daba miedo porque pensaba que lo matarían por mi culpa”.

Las causas del incremento del número de este tipo de delito hay que buscarlas en la impunidad reinante, que en el caso de los homicidios llega al 95%, según el Foro Penal. “El mensaje es que ser delincuente es un negocio y merece la pena”, explica Himiob, quien añade que el chavismo introdujo en la sociedad un discurso “reivindicador de la violencia desde las autoridades: “Chávez fue un gran reivindicador de la violencia como mecanismo para resolver los conflictos sociales”. Cedeño, de Paz Activa, señala también el colapso del sistema penitenciario y la participación a veces pasiva de la propia Policía, que hace la vista gorda ante un linchamiento. Al final, las personas sienten que tiene que protegerse a sí mismas, y en el caso de los linchamientos lo hace de manera preventiva, para evitar “que me pase algo”, dicen los expertos.

Briceño alerta ante la privatización de la violencia, que recuerda, afirma, a lo sucedido en países como Colombia y de Centroamérica, en los que las defensas populares actúan por su cuenta para reprimir a los delincuentes. “Cuando la población se organiza para hacer esto ya no estamos hablando de linchamientos, que se caracterizan por ser espontáneos. Esos son grupos de limpieza”, explica Briceño.

Fuente: La Razón de España

lunes, 20 de junio de 2016

Sociólogos coinciden en que el hambre y la rabia son el combustible de los saqueos


La tensión llegó a su nivel máximo este martes 14 de junio, cuando Cumaná, la capital de la entidad, fue el epicentro de actos vandálicos que se prolongaron durante horas y dejaron como saldo un muerto, 400 detenidos y decenas de comercios saqueados en al menos ocho zonas distintas de la ciudad.

El reporte de la sección Sucre del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) arrojó un dato clave. Aunque hubo mucha participación popular en los saqueos, quienes los iniciaron fueron, en gran medida, grupos delincuenciales que se infiltraron en las manifestaciones.

“En esta gran obra del hambre, la población es el coro y quienes llevan la voz cantante son los que están entrenados en violencia y delito. Una persona normal no se atreve a romper un vidrio. Pero si llega otra persona que lo rompe, entra al sitio y saca algo, el padre de familia que tiene hambre también entra y busca comida”, afirmó Roberto Briceño León, sociólogo y director del OVV.

“El saqueo no se puede ver sólo como un acto delincuencial. Los criminales se valen de la población que protesta y se molesta porque no tiene comida en su casa aún teniendo dinero en el bolsillo. Los ladrones también tienen hambre y roban al igual que lo hicieron los policías en Cumaná y como lo hizo cualquiera. Estamos en un nivel de sobrevivencia y esta es una lucha descarnada. Ese es el comportamiento del ser humano y del animal que tiene que garantizar la comida a la familia y los hijos”, explicó Briceño León.


El momento de la tensión

Luis Cedeño, sociólogo y director de la ONG Paz Activa, relaciona los saqueos con la tensión social del momento actual, la cual está determinada por los medios que se utilizan para conseguir un fin.

“En este caso –detalló– el fin es la comida y el medio para obtenerla es el saqueo. Si el medio no está disponible, si es inaccesible, la tensión se incrementa porque esto significa que la gente no tiene los medios para alcanzar los fines”, sentenció.

Dentro de su análisis, el especialista incluyó otros factores que han impulsado los saqueos, como la ausencia de la autoridad y la matriz de la guerra económica, difundida desde el gobierno de Nicolás Maduro, que sitúa a los comerciantes y empresarios como los culpables del desabastecimiento y los altos precios. Por eso son ellos quienes sufren los ataques.

El “homo economicus” saquea

En cada saqueo, señaló Cedeño, hay promotores que incitan al acto vandálico. Estos suelen ser individuos que están fuera de la ley, tal como los que actuaron en Cumaná. Hay otros que son observadores, que están alrededor de los primeros y que pueden decidir el siguiente rol a cumplir en el momento. “Es ahí cuando se desdibujan los niveles morales, cuando bajan los niveles de tolerancia y se decide si se participa o no en el saqueo”, recalcó el especialista. Por último, hay otros que en lugar de actuar, permanecen como espectadores y sancionan o increpan a los saqueadores para ejercer un control informal.

Pero incluso quienes saquean, arrastrados o no por el comportamiento del grupo, lo hacen de una manera racional. Allí influye la postura del “homo economicus”, término con el que se designa al ser humano como elemento del proceso de la producción y el intercambio de bienes económicos.

Es en ese proceso que la racionalidad apunta no sólo hacia los bienes escasos, sino hacia aquellos que tienen más valor. Por eso, Cedeño consideró que los saqueos a tiendas que no venden productos alimenticios no pueden ser sacadas del contexto del hambre que se sufre en el país. Al final, el bien que se robe podrá ser también intercambiado por comida.

Fuente: RunRunes

jueves, 2 de junio de 2016

“Venezuela es considerada como el principal puente de salida de la droga hacia otros continentes”

El Foro “Tráfico de drogas ilícitas en Venezuela: ¿Institucionalidad comprometida?”, organizado por la Asociación Civil Paz Activa y el Observatorio de Delito Organizado contó con la participación de la exmagistrada Mildred Camero como ponente principal y como panelistas intervinieron los periodistas: Ángela Vera Lefeld, Javier Ignacio Mayorca y Gustavo Azócar.

(Caracas, 01 de junio, 2016) -  “La República Bolivariana de Venezuela es considerada por la Comunidad Internacional y por los Organismo Multilaterales, que rigen la materia, como el principal puente de la salida de la droga desde Suramérica a hacia otros continentes”, así lo señaló la experta Mildred Camero.


Para Luis Cedeño, analizar este tema es fundamental porque “nuestro país no es productor, ni tampoco un país de consumidores de droga; pero el hecho que seamos el principal puerto para la droga que llega a los mercados norteamericanos y europeos, pone en altísimo riesgo debilitante a nuestras instituciones por la presión corruptora de los operadores internacionales de la droga; su principal objetivo son las FANB, Policías y tribunales de la nación”, precisó el Director de Paz Activa.

En Venezuela, el tráfico de drogas a nivel internacional, está en manos de ciertos grupos que ejercen funciones de seguridad nacional. En otras palabras, son miembros de nuestras fuerzas armadas, de los cuatro componentes y cuerpos policiales civiles”, indicó Mildred Camero.

Ha sido de tal magnitud este fenómeno, que nuestro sistema financiero está en riesgo de ser utilizado como plataforma para legitimar capitales (lavado de dinero), comprometiendo sin duda alguna la reputación del Sistema Bancario y Financiero Venezolano”, puntualizó la expresidenta de la Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de las Drogas (CONACUID).

Otro aspecto fundamental que mencionó la especialista, es que “la droga ya elaborada viene de Colombia principalmente, y estos grupos en Venezuela se encargan de trasportarla, almacenarla o enfriarla, como se llama en el argot delincuencial de drogas, incluso de sacarla al exterior”, dijo la ponente del Foro.

Es de imperiosa necesidad depurar las altas esferas de las FANB y GNB de elementos que contribuyen activamente como miembros de los carteles internacionales de la droga, y construir un entramado legal que permita el escrutinio cercano de aquellos más vulnerables a ser corrompidos por el Delito Organizado vinculado a los mercados de la drogas  ilegales”,  resaltó Luis Cedeño, Director de Paz Activa y del Observatorio de Delito Organizado.

A manera de conclusión, la exmagistrada Camero reiteró que “bajo cualquier contexto  y por ser la lucha contra el fenómeno de las drogas una política de Estado, es menester que el Estado Venezolano asuma el problema desde una perspectiva global que compete a todos los Estados; esto es, que involucra a todos sin excepción y que obedece al principio de la responsabilidad compartida, vale decir «son tan responsable los países que producen y consumen drogas, como aquellos que permiten que sea utilizado su territorio para trasladarlas»”.