martes, 14 de julio de 2015

ALERTA Informativa: El Surgimiento de las Megabandas en Venezuela

  • Se estima que pueden existir hoy en día cerca de 10 megabandas en el territorio nacional, incluyendo a las que operan desde los penales.
  • La Megabanda que vemos surgir en contraposición a la banda tradicional enmarcada a un entorno geográfico particular, busca replicar el éxito que han tenido los pranes de las cárceles en cuanto a capacidad de fuego y peso de negociación con las autoridades del Estado.
13-07-2015  Observatorio de Delito Organizado./| Con preocupación vemos el auge que ha tomado un nuevo fenómeno dentro de la criminalidad en Venezuela. Tradicionalmente, la expresión de esta criminalidad la teníamos en el criminal oportunista y en el criminal de pequeñas bandas con arraigo territorial en sus comunidades de origen. Así fue por mucho tiempo.
El origen de organizaciones criminales más complejas en el país se presenta con el fenómeno del denominado “Pran” de las cárceles. En los últimos 10 años se fueron forjando organizaciones criminales complejas que fueron cooptando los espacios del sistema penal, ejerciendo un control férreo en la administración de sus espacios internos, degenerando en una suerte de feudos dentro de los recintos penales, donde el “Pran” regula todo lo que sucede dentro de sus paredes. El Estado se presenta solo como un elemento formal al exterior del penal, pero su control absoluto lo ejerce estos jefes criminales que ahora controlan la vida de cientos de criminales que quedan a su disposición para ejercer actividades criminales intra y extra muros del penal.
Dentro de los penales que son administrados por la criminalidad organizada, podemos señalar el manejo de lucrativos negocios criminales. Las armas cortas y de guerra, drogas, alcohol y trata de personas son parte de la economía interna del penal, y delitos como secuestro, extorsión y sicariato son planificados y ordenados desde los penales en el país. Para muchos de estos “Pranes” la vida en la cárcel les brinda una estructura criminal y protección difícilmente accesible en las calles. Es por ello que prefieren seguir dentro del sistema que fuera del mismo.  
La Megabanda que vemos surgir en contraposición a la banda tradicional enmarcada a un entorno geográfico particular, busca replicar el éxito que han tenido los “Pranes” de las cárceles en cuanto a capacidad de fuego y peso de negociación con las autoridades del Estado. Este nuevo tipo de banda puede estar conformada por más de 50 personas, que tienen conexiones con bandas locales dentro de un eje donde desarrollan su actividad criminal, pudiendo conseguir apoyo a sus operaciones de una red que puede extenderse en su primer círculo a más de 200 actores criminales.  Lo que hace particular a este tipo de bandas no sólo es su número de integrantes sino una organización superior que les permite el acceso a armas de fuego de grado militar, como los fusiles automáticos de ataque AK-47 y R-15, granadas fragmentarias ofensivas entre otros elementos especializados que pueden incluir algún tipo de armadura corporal. Este armamento lo hemos visto reseñado en los recientes sucesos ocurridos tanto en la Cota 905 en Caracas como en los estados de Aragua y Guárico
Se estima que pueden existir hoy día cerca de 10 Megabandas en el territorio nacional, incluyendo a las que operan desde los penales.  Entre las más conocidas por los medios de comunicación son las del “El Picure” y la de “Juvenal” identificadas por los nombres de sus cabecillas. Se dedican primordialmente a actividades de alto lucro como lo son el secuestro, la extorsión, robos a bancos y joyerías y sicariato. Su actividad tiene una cobertura geográfica importante, que se puede extender a todo un Estado o varios en alianza con bandas locales que prestan apoyo logístico en busca de compartir las inmensas ganancias que genera la Megabanda.
Si bien, las zonas de paz representan un éxito en su capacidad de negociación con el Estado, al dejar los cuerpos de seguridad excluidos de ciertas zonas, éstas se convierten en zonas francas para estos grupos. Por otra parte, han sido exitosas en organizarse y mantenerse en el tiempo en la medida en que el Estado central ha debilitado a las policías civiles en favor de un modelo militarista de la seguridad ciudadana. Esto ha hecho posible, por un lado las bandas desborden la capacidad de respuestas de las policías en capacidad de respuesta de fuego, y por otro lado ha acercado a los militares a la actividad criminal, en gran medida corrompiéndose habilitando el acceso a un arsenal bélico al cual no tenían disponibilidad en el pasado. Los militares se han convertido en el elemento promotor de este fenómeno, en las cárceles, donde administran la seguridad de las mismas, y ahora en las calles donde ejercen una actividad policial para la cual no tienen el entrenamiento adecuado ni tampoco el equipamiento correspondiente que termina por violencia o corrupción, en manos de estas bandas criminales.

jueves, 9 de julio de 2015

Venezuela con más muertes por granadas de Latinoamérica

Foto: Archivo

Las calles, las casas, las patrullas, las cárceles; ningún lugar está a salvo del último instrumento del delito que ha llegado a manos de los criminales: las granadas.

Venezuela, con 18 fallecidos, es la nación latinoamericana con más muertes por el uso de  este artefacto entre enero de 2013 y marzo de 2015. En Colombia [segundo en decesos] estos explosivos fueron utilizados por grupos armados al margen de la ley (FARC y ELN), mientras que en Venezuela este “privilegio” corresponde al hampa. Son reveladores los resultados preliminares del estudio de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc por sus siglas en inglés), presentados durante la 13a reunión del Observatorio del Crimen Organizado en América Latina y el Caribe.

 La mayoría de los casos ocurrió en la Región Central, específicamente en Aragua, Distrito Capital y Miranda. “No es nuevo el tema  de las granadas, ha estado con cierta latencia, lo que adquiere relevancia es el uso también de otros tipos de artefactos bélicos”, aclara el director de la ONG Paz Activa, el sociólogo Luis Cedeño.

A pesar de que Colombia reportó el mayor uso de estos materiales explosivos [más de 50], Venezuela superó a este país en letalidad. Quizás por la impericia de los victimarios al utilizarlas, poniendo en riesgo su propia vida, deduce Cedeño.

Dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) son manipuladas por especialistas, entrenados para el uso de estas armas, concuerda el profesor de Criminalística de Universidad de Carabobo Andrés Monsalve.

Una granada de mano pesa alrededor de 400 g. Contiene una carga explosiva altamente poderosa y fragmentos metálicos conocidos como metralla. Para accionarla es necesario retirar el anillo de seguridad, activándose los mecanismos iniciadores, que encienden una mecha dentro del contenedor y al quemarse -al cabo de unos 4 o 7 segundos-, hace contacto con un propulsor del explosivo, estallando.

-Una vez que detona, produce un efecto densidad, lo que llamamos onda de choque. A medida que se expande deja de ser una sustancia y se convierte en presión y calor, ilustró Monsalve.

Todo lo que no sea lesionado por la onda puede ser alcanzado por la metralla. El impacto del trozo metálico es equivalente a un disparo. El radio de acción de la granada depende del tipo, las ofensivas pueden llegar hasta 12 m y las defensivas hasta 25 m.

Las incógnitas

No hay información oficial sobre producción de granadas, ni registros auditables. “En los rubros de adquisiciones a 14 países no hemos podido auditar este tipo de información, con lo que podría suponer que se están produciendo en el país. El problema está en que no se emite información sobre esta materia en los datos de Cavim”, señala la presidente de la ONG Control Ciudadano, la abogada Rocío San Miguel

La única información disponible es la disminución de la producción en las industrias donde se procesa la materia prima para las armas: 16,56% en Químicos y Explosivos y 17,80%  en la División Metalmecánica [Memoria y Cuenta del Ministerio de Defensa 2015].

 La opacidad en los sistemas de gobierno dificulta la contraloría democrática sobre los poderes públicos, especialmente en temas tan delicados como el control de armas y municiones, sostiene la abogada.

-Venezuela no ha sido un país de tráfico ilícito de armas y municiones como otros países del mundo. De manera que es mucho más preocupante la tenencia ilegal de armas: están entrando o produciéndose legalmente y terminan de manera ilegal en manos de la población civil. Pareciera que agentes del Estado están aprovisionando ilegalmente a la población civil”.


En manos equivocadas

Una noche de mayo, sujetos en motocicleta arrojaron dos granadas a la sede del Cicpc Villa de Cura. Diez minutos más tarde, otro ataque se registró en el Cicpc Turmero. El 5 de junio, delincuentes quemaron 9 motos de Policaracas e hirieron a siete funcionarios con las esquirlas de una granada en la Cota 905, en Caracas. Más recientemente, el 16 de junio, un recluso accionó una granada en el Centro de Coordinación Policial de Santa Lucía; la explosión causó la muerte de un recluso y un policía municipal de Paz Castillo (Caracas).

Aragua, Miranda y Caracas han sido las regiones que han vivido los episodios más dramáticos. En Carabobo, granadas con los seriales borrados son incautadas frecuentemente por los cuerpos de seguridad del estado, de acuerdo con informaciones de prensa.

Las granadas tienen un código para identificar el lote de producción y la fecha de fabricación, datos asociados a la unidad asignada. “¿Para qué borrarles el serial?” se pregunta el profesor Andrés Monsalve. “La acción demuestra que salió de alguna institución legal. Los parques de municiones tienen estrictos controles de seguridad, cualquier persona no puede entrar y tomar una granada. En algún momento estuvieron en un arsenal de la FANB y fueron a tener a las manos del hampa”, enfatizó el profesor de Criminalística.

El problema de fondo es ético, las  FANB tienen que realizar auditorías constantes de sus parques de municiones, mejorar la selección de su personal y revisar sus protocolos de control para determinar por qué tantas armas especiales se han escapado del cuartel, evitando que siga registrándose tal irregularidad, recomendó Monsalve.

Acceder a estas armas requiere poder económico y logístico, razona Cedeño, las bandas que consiguen granadas deben sostener el costo que implica adquirirlas para amedrentar a las fuerzas de seguridad del Estado, con una capacidad de fuego muy inferior a estas organizaciones delictivas.

“El delito organizado opera dentro del Estado a través de la corrupción y uno de sus principales objetivos es la impunidad, porque le da un claro mensaje a los delincuentes: Venezuela es un país liberado de la justicia, uno de los grandes logros del delito organizado”.


Fuente: Estefanía Rosales Coronel

Llano indignado por asesinato de cantante criolla


Elisa Guerrero fue baleada en la sala de su casa. Era mujer y cantante de música recia, o lo que antes se llamaba música llanera, y su nombre artístico era “La Veguera”.

La tragedia de su muerte, a poco más de un año de la de Mónica Spears, refleja una tendencia trágica: ni en su casa, las mujeres están seguras en Venezuela.

Victimización

Las circunstancias del asesinato de Guerrero son, según los expertos consultados, más graves que las de la ex Miss. Mientras la Spears fue asesinada transitando por una carretera peligrosa, a la coplera la mataron en la sala de su casa, al resistirse a un robo.

“Sí, es peor (el caso de Guerrero) en cuanto a la vulnerabilidad; que la gente no se pueda sentir segura en un espacio privado es un agravante, es otro nivel de indefensión”, explica Luis Cedeño, sociólogo y director ejecutivo de “Paz Activa”, una asociación civil que sigue de cerca el tema de la violencia.

“Por lo menos en un espacio público la gente sabe que tiene que estar atenta”.

Pero el problema tiene otra capa: además de matarla en la sala de su casa, la víctima era mujer, lo que se está convirtiendo en un problema cada vez más grave.

Las últimas cifras indican que, si bien el grueso de las víctimas de homicidios en Venezuela son hombres, el número de víctimas femeninas va en aumento. “Ciertamente están matando más mujeres; hay que ser más públicos con esto”, dice Cedeño.

Si bien las víctimas de homicidio siguen siendo predominantemente masculinas (90% a 10%). En los robos la cosa cambia: 60% de las víctimas de este delito son mujeres y solo el 40% restante son hombres; y de los hombres robados, la más alta representación es de adultos mayores y varones muy jóvenes.


Fuente: Carlos Camacho 
ccamacho@dearmas.com