El plan anunciado por el presidente en contra de la delincuencia es bienvenido sino fuera por las múltiples fallas de abordaje que presenta y que esos recursos extraordinarios que hacen falta invertir en la seguridad ciudadana sean invertidos en equipamiento que no resolverán los principales problemas de delincuencia en el país. Nadie se explica el nombre de bicentenario, al menos que lo vuelvan a aplicar dentro de 200 años de nuevo. Lo único acertado de esta política es que se focalizarán en las parroquias con mayor índice delincuencial; en este caso imagino que las que presenten mayor tasa de homicidios (único indicador confiable existente). Esto es lo que comúnmente se llama labores de policía focalizadas geográficamente, y es que se pudo ver al presidente con un rudimentario mapa con los Estados en color diferente donde se presentaba mayoritariamente la problemática. Sin duda estas acciones darán resultados a corto plazo pero serán de corto alcance.
Ahora, los errores empiezan en involucrar a la GNB en todo este asunto de la seguridad ciudadana. Sólo a un militar se le ocurre poner a militares en una función tan delicada, cuando la recomendaciones a nivel mundial es NO involucrar a militares en estas labores, NI colocar a militares a cargo de policías o dispositivos de seguridad ciudadana; ellos no saben ni están para eso. El plan no tiene ningún elemento de prevención del delito, sino componentes de control y represión que solo tienen un efecto pasajero. Más de lo mismo...El plan debería concentrarse en el fortalecimiento de las policías locales, regionales y nacional y a su vez de cambiar el paradigma del policía que todos los venezolanos temen y desconfian por el del policía inteligente que busca solucionar los problemas delictivos de las comunidades.
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