El robo de celulares se ha convertido en el delito más común en Venezuela. Cifras no oficiales recogidas por parte de las principales operadoras de telefonía celular registran cerca de 100.000 celulares robados por mes en el país. Esto significa que se pueden proyectar cerca de 1.200.000 de celulares robados al año. Esto hace a este tipo de delito como el de mayor ocurrencia en el país. Ninguna estadística oficial puede reflejar esta realidad y de hecho el subregistro en robos es extremadamente amplio al observar que la victimización del país en robos es de aproximadamente 30% anualizado basados en las encuestas de este tipo (esto significa que 1 de cada 3 venezolanos sufrimos por lo menos un robo por año) y el principal artículo robado son celulares, seguidos por morrales y bolsos según encuesta del Centro de Estudios Sociales.
A donde van a parar esos celulares y los codiciados Blackberries, esto que se publicó recientemente puede ser un indicio : "Funcionarios del CICPC incautaron en la madrugada de este sábado dos camiones 750 con cargamento de 10 mil equipos celulares Blackberry, lote valorado en 5 millones de dólares, unos 12 millones de bolívares fuertes."
Otros por supuesto se quedan en el país y son vendidos, comprados y activados dentro de un negocio millonario que corrompe por supuesto a los empleados de las operadoras y otros para que estos celulares tengan servicio dentro del país por parte de una operadora legítima. Para todo esto es necesario coordinación lo cual hace de este delito la principal actividad del crimen organizado en el país. La pregunta es que se puede hacer...mucho más por supuesto, empezando por las operadoras no permitiendo duplicados del IMEI (en inglés International Mobile Equipment Identity) que es como la cédula del celular y que esta información sea compartida por los operadoras. Eso sería un comienzo y se la pondría un poco más difícil a los revendedores de estos equipos en el mercado negro.
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